El Arte de Amar


Si hay libros que me guste recomendar esos son los de Erich Fromm, entre ellos "El Miedo a la Libertad" y "El Arte de Amar". Pero, en este caso, sólo voy a hablar de El Arte de Amar, pero que de todos modos ambos son muy similares. En este post me dedicaré a resumir un poco el libro y, de paso, imbuirlo con mis propios pensamientos.

Por el título algunos podrían pensar que es un libro de autoyuda con recetas para encontrar pareja, pero quien lo lea con esa intención le resultará una decepción o quizás un golpe en el estómago, dado que se dedica con fervor a dudar de los conceptos y preconceptos que se tienen sobre el amor en distintos ámbitos de la vida. Fromm se dedica a analizar el amor en distintas expresiones, pero en nuestro caso sólo nos referiremos al amor romántico y el amor a dios, que son los ejemplos que mejor expresan la idea central del libro.

¿Cuál es la definición convencional de amor? La de una relación mágica y especial, donde aparentemente se mueve el piso y hay fuegos artificiales imaginarios tras un beso. Así, significaría encontrar a alguien que te hace feliz y sin la cual no puedes vivir: tu media naranja... Bueno, ese concepto es mierda. Amar se parece más a cuando tu mamá está molesta porque no prestas atención y aún así te prepara el desayuno, bueno así.

El concepto popular de amor no es realmente amor, sino una relación de dependencia. Si amas a alguien sólo porque te hace feliz, no es muy diferente de amar a alguien por su dinero, es decir, una relación basada en el interés. Lo mismo vale para quienes se enamoran de una o varias características: "Te amo por ser.. Bell@, gracios@, inteligente, romántic@, etc". ¿Y qué sucede cuando la persona deja de serlo? Pues el amor se escapa. Las personas tenemos facetas, y no podemos ser lo mismo todo el tiempo (lo joven y sexy que tengo no durará por siempre... aprovecha mientras puedas, nena), y contrario a la creencia general: La gente sí puede cambiar.

Por esto, señala Fromm, que el amor real es incondicional, como pudiera ser el amor de una madre. Y es que como dicen: "Si puedes explicar porque amas, puede que no ames lo suficiente". Así, entendemos que amar es velar por el crecimiento personal del otro, y no es un objeto para mi satisfacción personal. No puedes amar si no te amas a ti mism@ primero, no puedes amar si no eres independiente y si no puedes andar sin muletas humanas que te hagan sentir completo. Por ello, Fromm es crítico de las relaciones románticas que tienen una visión de mercado: "No encontraré a nadie mejor" o "Buscaré a alguien mejor" o similares.

De aquí saltamos a la religión, donde vamos a ver todavía más la relación de depedencia. Los dioses nacen principalmente de la ignorancia, pero se fundamentan en el miedo, en especial hacia la incertidumbre y la soledad. El dios judeocristiano promete estar siempre presente y amar incondicionalmente, lo cual es algo que nadie más es capaz de ofrecer. Dios representa nuestra necesidad de amor incondicional, pero llegamos a lo mismo: Si amo a Dios porque lo necesito, porque me hace feliz o lo que sea, es una relación basada en el interés. ¿Seguirían amando a dios si te hiciera miserable? Señala Fromm: "El amor infantil dice: te amo porque te necesito. Mientras que el amor maduro dice: te necesito porque te amo". Irónicamente, podemos denotar que el amor del dios judeocristiano no es incondicional, sino solamente para quienes creen y cumplen el dogma, y quien no lo haga, tendrá un castigo terrible. Pero el creyente no suele ver esta contradicción, porque su necesidad de creer en tan grande que lo ciega.

¿Esto quiere decir que amar es tener que aguantarse a alguien que nos hace daño? No, amar es velar por el bienestar del otro, pero eso no quiere decir no poder separarse de él, sobre todo cuando la separación es parte de la vida, de lo contrario sería una relación dependiente. Aquí Fromm señala el típico caso de un matrimonio con un esposo violento y una mujer sumisa, el sádico y la masoquista, respectivamente. Aunque a simple vista no lo parezca, ambos son dependientes entre sí. Ella, probablemente, necesite de él para satisfacer, no sólo su sustento material (techo, alimento, etc.), sino emocional (sentirse cuidada, dirigida, sin soledad ni incertidumbre), y aún con los problemas que tenga, se conforma con la seguridad que la sofocante dominación del hombre proporciona. En el caso del sádico, él necesita de ella para satisfacer su necesidad de dominar y que de alguna manera le hace sentir una leve superioridad ante una realidad que es incapaz de controlar. Por ello, cuando ella se quiere ir, él no la dejará, porque necesita desesperadamente de ella; y ella, al confundir la necesidad de él con amor, probablemente se quede. Y por ello estas relaciones son un ciclo sin fin. "Cuando amas algo, déjalo ir", dice el dicho, y aunque algunos no les guste, esa es la esencia del amor: ser capaz de soltar. Un pajarito nunca podrá volar si su madre no lo deja salir del nido, y una madre que ama desea que su hijo vuele aunque eso signifique que se aleje de él.

Para Fromm, el amor es un arte. No es un sentimiento, sino algo que se aprende, se practica y se mejora con el tiempo. Amar es un esfuerzo, y no algo que surge repentinamente y de la nada. El amor no es igual que enamoramiento, esa etapa en que el otro parece ser un ser perfecto y todo momento es especial. Nos enamoramos del enamoramiento, y sentimos que la relación ha muerto cuando ya no es tan especial como al principio. Por eso se dice que el amor se acaba, que no es eterno. Uno se acostumbra a esa persona, por lo que lo "especial", conocer "lo desconocido", ese sentimiento de "arriesgarse en una aventura", finalmente, se acaba. Pero yo dudo que a eso se le pueda llamar "amor". Yo consideraría "amor" precisamente todo lo contrario, cuando te apegas tanto a alguien que sabes que es lo que está pensando, que sabes es lo que quiere, o lo que siente... Es como cuando un conductor se acostumbra tanto a su auto, que se puede dar cuenta cuando hay algo malo con el auto, o cuando necesita cambiar la velocidad, o cuando sabe que su auto no va a caber en ese puesto de estacionamiento... Es decir, es acostumbrarse tanto a alguien que es como una extensión propia de uno mismo. Y para los adictos a los "fuegos artificiales", eso puede ser aburrido.

Al final, el único consejo en el amor que yo podría dar: olvídate de lo que has aprendido al respecto antes de entrar a este post.
"El amor es la preocupación activa por la vida y el crecimiento de los que amamos" Eric Fromm

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