Piratas y Corsés (Parte 5)

Esta es una historia ficticia basada en personajes reales y hechos históricos. Los personajes narrados en verdad existieron, pero me he inventado todos los diálogos y algunos detalles para hacerlo más entretenido jeje, aún así intento mantenerme lo más fiel posible a la parte histórica. Esta es la quinta parte de la historia. Por aquí se puede encontrar el resto de las historias.

Es poco lo que sabemos de Jack Rackham. Lo único que se sabe fuera de su vida como pirata, es que era un inglés nacido en la isla de Jamaica alrededor de 1682.

Lo que con seguridad sabemos, es que para 1718 fue el contramaestre, un oficial de mar que dirige la marinería, del buque Independence, bajo las órdenes del pirata Charles Vane.

Después de robar varios buques cercanos a la ciudad de Nueva York, Vane y su tripulación encontraron un buque de guerra francés. Ese buque era al menos dos veces más grande que el de nuestros protagonistas, y a pesar de ello, los piratas fueron al ataque. El buque francés estaba cargado de grandes riquezas, y no sólo eso, si lograban capturarlo, tendrían un buque más grande a su disposición.

- "Ce navire n'a pas de drapeau" (Este buque no tiene bandera)- dijo un marino francés al Capitán del buque de guerra.
- "C'est très suspect" (Es muy sospechoso)- respondió el Capitán- Approche à grands pas. Soyez prêt à toute éventualité (Se acerca a gran velocidad. Prepárense para cualquier eventualidad).
El buque sin bandera se acercaba cada vez más a los franceses, que ya empezaban a sospechar de un buque pirata. Y no se habían equivocado, cuando estuvo a menos de 60 metros, del buque sin bandera se alzó el famoso pabellón negro con la calavera y las tibias cruzadas. Pronto comenzó el fuego entre ambos buques.

Charles Vane era desdeñado por su crueldad. Mostraba poco respeto hacia el código pirata, y era común que traicionara a su tripulación y no dividiera justamente el pillaje. Y esta vez, empezaba a dudar de una posible victoria. Los franceses estaban fuertemente armados y muy preparados. No podían lograrlo. Vane llamó a la retirada. De los 90 hombres en el buque, sólo 15 apoyaron la posición de su capitán. Mientras tanto, orgulloso como siempre, Rackham discutió con su capitán para continuar la lucha, y la mayor parte de la tripulación lo apoyaba. A pesar de la abrumadora mayoría que tenía en su contra, Vane dijo que su decisión era definitiva, y no tuvieron más opción que huir.

La tripulación ya no confiaba en Vane, y esta última retirada los hizo sentir humillados y derrotados. Fue la gota que derramó el vaso. En el 23 de noviembre de 1718, Rackham llamó a una votación para relevar a Charles Vane de su cargo de capitán, siendo elevado al nuevo puesto de capitán.

El comando de Rackham no fue muy exitoso que digamos. Es cierto, en sus campañas mostraba gran coraje, pero carecía de buen juicio, la mejor cualidad de un buen líder.

Una vez capturó varios buques mercantes cargados con cuantiosas mercancías, que fue uno de los mejores botines que su tripulación habían visto en toda su vida. Pero este atrevimiento provocó que los marinos mercantes le pagaran a varios mercenarios con el fin de capturarlos. Tres meses después de robar su mayor botín, los mercenarios encontraron a Rackham en la Isla de Pinos, ahora conocida como la Isla de la Juventud, al sur de Cuba, aún con su bergantín anclado en la costa. Rackham y la tripulación habían acampado en la playa, donde levantaron tiendas con algunas velas viejas... Y al percatarse de que habían llegado un grupo de buques mercenarios, no tuvieron más opción que esconderse y observar como capturaban sus buques.

Para 1719, Rackham, sin buque que comandar, decide partir a Nueva Providencia, donde el gobernador Woodes Rogers había declarado una amnistía general para todos los piratas que abandonaran sus andanzas. Tomó un pequeño bote y 6 hombres para que lo acompañaran, y navegaron alrededor de Cuba hasta llegar a Nueva Providencia. Viaje que aproximadamente les tomó 3 meses.

- Sr. Rackham -pronuncia el gobernador Rogers- se le acusa de realizar actos piratería en contra de la gobernación de las Bahamas y la corona británica.
El famoso Calicó había sido reconocido instantáneamente apenas llegó a Nueva Providencia, por lo que fue rápidamente llevado a las autoridades.
- Espero que entienda que el castigo por sus crímenes se paga con la muerte. -continúo hablando el gobernador- ¿Tienes algo que aportar en tu defensa?
- Entiendo las consecuencias, mi lord, pero en mi defensa debo argumentar que fui obligado a cometer todos estos crímenes por órdenes del Capitán Charles Vane. Él nos forzó a llevar esta vida de piratería, y lamento mucho todos mis errores cometidos y estoy dispuesto a abandonar ese estilo de vida...

Woodes Rogers sabía que Rackham tenía la reputación de buen pirata, y realmente no creyó ninguna de sus palabras. Pero al observar a Rackham vio una oportunidad. Desde hacía tiempo que Rogers buscaba a un corsario que fuera capaz de atacar a la flota española, quizás Rackham era ese hombre. Pero Rogers, quien el mismo había sido corsario en otros tiempos, vio que Rackham carecía de lo necesario para dicha empresa... quizás algo más de madurez o prudencia. Rogers decidió perdonarlo e incluirlo en la amnistía, y dejarlo como un valioso activo para el futuro.

Jack "El Calicó" Rackham tenía ahora una nueva oportunidad para comenzar una nueva vida. En una de las tabernas que frecuentaría sería la de una mujer llamada Anne Bonny, la esposa de un informante del gobernador, famosa y temida por su rudeza, con quien rápidamente tendría un amorío.

[La historia continúa]

Comentarios